miércoles, 22 de agosto de 2018

Día 4: Tanjung Puting

Yoli, pagas por esto, te gusta y mucho.

Fuera de coñas, el día de hoy ha sido largo y complicado, pero bestial todo. Nos hemos levantado muy pronto y ya a las 6:30 estábamos en el barco remontando el río. En el barco aparte de nosotras va el capitán, la cocinera, un chico para todo y el guía. Se va a ritmo más bien lento para disfrutar del paisaje. Aquí la selva ya es jungla. Hemos visitado dos zonas de orangutanes dentro del parque. A unos les hemos visto desayunar y a otros comer. 





Detalle de una planta carnívora 

Lo de salir del barco es espantoso para mi pie y para cualquiera que no sea de esta zona. Hay que saltar por las cubiertas y encima con la mochila, la cámara de fotos y demás. 

Cuando por fin te bajas del barco, pues resulta que lógicamente los orangutanes no están en la orilla. Hay que andar y aunque hay tramos con pasarela de madera, también hay que andar por la jungla. No es muy difícil, pero hay muchas raíces y hay que ir con cuidado. Con mi pie pues más difícil. 

En el primer sitio, llamado Pondok Tanguui, los orangutanes han venido a desayunar. Ha sido muy divertido, porque controlan la hora de la comida perfectamente, además se ven muy cerca. Después vuelta al barco atravesando de nuevo las cubiertas, comida, y siestazo aquí en la cama de cubierta. 





Por la tarde, en Camp Leakey, comida con los orangutanes, que está vez estaban mucho más lejos, así que caminata. 





Ahora ya de vuelta en proa, viendo más selva y más narigudos.





El día ha sido alucinante. Que pena que lo estropee todo el Eco Lodge de las narices, que mira que es malo. Eso si, con internet aunque debil.


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